Con base en la tecnología avanzada se atienden pacientes Civid19 en Puerto Inírida, con el método de realidad asistida gracias a un observador remoto, profesionales de la salud intensivistas, quienes se encuentra en Bogotá en el Hospital de la Universidad Nacional que a través de una gafas avanzadas ven el paciente y entrega su diagnóstico en tiempo real a sus colegas en la capital de Guainía.
Cartagena-Colombia-Noticias625.co 18-11-2020. El apoyo a distancia de médicos intensivistas para la atención de los pacientes en UCI, la disminución de las remisiones y la identificación del momento oportuno en el que se debe trasladar a un usuario a una institución de mayor complejidad son las tres principales ventajas del uso de este sistema de asistencia remota, que lidera Boston Scientific en alianza con Andired y Coosalud.
Juancito Rodríguez Gaitán tiene 72 años, 5 hijos y 8 nietos. Él y su esposa, Elvia, con quien ya completa 42 años de casado, se dedican a la agricultura. Hoy le da gracias a Dios por sacarlo adelante para seguir a su lado”, tras permanecer casi 20 días internado en la UCI del Hospital Manuel Elkin Patarroyo de Puerto Inírida, capital del departamento de Guainía, luego de contagiarse de Covid19.
A través de la tecnología fue monitoreada su condición de salud desde Bogotá, por intensivistas del Hospital de la Universidad Nacional, gracias a la implementación de un sistema denominado Clinical Eye™.
“Se trata de una plataforma de realidad asistida que permite que, a través de un observador remoto, se le brinde soporte o asistencia al portador de unas gafas que en ese momento está atendiendo a un paciente, por ejemplo, en la Amazonía o en Guainía”, explica María Camila Cifuentes, especialista clínica en Endoscopia de Boston Scientific Colombia, la compañía que desarrolló este programa de asistencia remota, a través de esta herramienta de teleapoyo.
El uso de esta tecnología ha sido de vital importancia para la atención de usuarios que han requerido de manejo clínico con especialistas con los que no se cuenta de manera presencial en zonas apartadas del territorio nacional, tal como lo destaca Fabián Acosta, médico internista de UCI en Inírida.
“En mi concepto, este es un sistema pionero en el departamento, el cual facilita, entre otras cosas, que las rondas sean un poco más dinámicas, lo que se traduce en una mejor atención. Primero se empezaron a implementar las telerondas, pero con las gafas se nos hizo más fácil que los intensivistas, por ejemplo, lograran ver el ventilador en tiempo real desde Bogotá; ver las curvas de flujo en momentos en los que los pacientes tienen compromiso pulmonar es supremamente importante, ver cómo responden a los cambios del ventilador, porque también es complejo tratar de explicarle a los especialistas por voz. Es muy buena esta experiencia y no representa ninguna afectación para el paciente”, argumenta Acosta.
En casos como el de Juancito, la puesta en funcionamiento de este dispositivo ha contribuido también a que no sea necesario remitir a los pacientes a otros territorios del país precisamente para que un intensivista los valore, según puntualiza Norma Parra, gerente de Coosalud en Guainía. El 92% de los habitantes del departamento son afiliados a esta EPS, incluido Juancito.
Jairo Pérez, médico intensivista del Hospital de la Universidad Nacional, resalta otra de las ventajas frente al uso de esta tecnología: “Además de la disminución de las remisiones, otra de las oportunidades que tenemos con este sistema es que podemos detectar de forma más precisa cuándo definitivamente sí toca sacar al paciente de la región porque requiere de una institución de alta complejidad. Con esto se disminuye el riesgo de complicación en los pacientes”.
Así sucedió con la usuaria María del Mar Miranda, quien inicialmente se encontraba en la UCI del Manuel Elkin Patarroyo, monitoreada con el dispositivo y, gracias a este, los especialistas identificaron que era necesario su traslado a Bogotá.
Ella es profesional de enfermería, trabaja como coordinadora de Salud Pública en la Secretaría de Salud de Inírida, mientras que su esposo, Jorge Gutiérrez, es miembro activo de la Policía Nacional. Decidieron hacerse la prueba cuando los dos comenzaron a experimentar síntomas asociados al virus. Entraron en aislamiento, en el que continuaron tras confirmarse el diagnóstico: positivo para ambos.
En la capital del país, María del Mar tuvo que ser sometida a un coma inducido con respirador mecánico durante nueve días; luego pasó a unidad de cuidados intermedios. Solo podía hablar, mover la cabeza y un poco las manos, porque su cuerpo estaba totalmente inflamado. “Yo soy una persona crónica, tengo hipertensión hace más de un año y, durante la atención, siempre le dieron manejo a mi patología”, apunta. Actualmente, la joven ya se encuentra en su hogar, en proceso de recuperación física y respiratoria con terapias.
Y así como estas personas se encuentran muchas más que gracias a esa asistencia remota han logrado salvar sus vidas. La implementación de estas gafas para asistencia remota se dio a partir de un proceso de gestión adelantado por el gerente del Hospital Manuel Elkin Patarroyo, Álvaro Morales, con la compañía de dispositivos médicos Boston Scientific Colombia y la EPS Coosalud.