Luego de conocerse la encuesta de percepción Ciudadana de Cartagena Cómo Vamos (CCV), donde el 79% de los cartageneros considera que la ciudad y su gobierno van por mal camino y donde 1 de cada 2 ciudadanos se siente inseguro, el desempleo y la pobreza han aumentado; en fin, una ciudad fallida. El alcalde William Dau reconoció su mal gobierno al justificar que su administración es de transición y que su tarea es de sacar a los corruptos malandrines para que lleguen al nuevo gobierno personas honestas, transparentes y probas y que tengan el temple de él, para que se enfrenten a la corrupción.
Cartagena-Colombia-Noticias625.co 19-04-2023. Ahora el alcalde de Cartagena, William Dau Chamat, al reconocer los bajos y malos indicadores de su gobierno, con el aumento del hambre, la pobreza, el desempleo y la inseguridad entre otros tantos resultados de una mala administración, se justificó al manifestar que su gobierno es de transición, donde su principal tarea fue la de combatir la corrupción, sacar a los malandrines y dejar al nuevo alcalde “platica y una ciudad moralizada”.
Esto quiere decir que William Dau en estos tres años y cuatro meses de su administración ha venido trabajando para el próximo alcalde o alcaldesa, haciendo énfasis en esta última palabra alcaldesa.
Dau Chamat en su discurso del derrotado, nuevamente mencionó al Concejo de Cartagena, como el responsable de sus bajas inversiones en salud, educación, infraestructura y en su lucha contra el hambre y la pobreza, afirmando que ha sido víctima del saboteo de los concejales que no le han aprobado los recursos a tiempo y año tras años, le ha tocado hacer reincorporaciones a la vigencia presupuestal de cada anualidad. No lo han dejado trabajar.
Reconoce que la ciudad tiene problemas de convivencia, de cultura ciudadana, que no hay respeto por la vida, que no se respetan las normas de tránsito y que no dejará ni una sola calle pavimentada. Pero su orgullo es dejar una ciudad moralizada en su administración pública y con un saneamiento financiero para que el próximo alcalde tenga “platica” para hacer las obras que él no ha hecho, ni va hacer; porque su bandera es la anticorrupción.
Por ello, ante no poder justificar su mal gobierno. Ahora se inventó, que él, lo que ha hecho es un gobierno de transición para que el próximo alcalde trabaje sin corrupción y con mucha “platica”.
Hoy después de su fracaso, es que reconoce que Cartagena, es responsabilidad de todos y que todos tenemos que aportar para sacarla adelante.
En los últimos tres años hemos vivido en una ciudad fragmentada, entre los buenos y pulcros que el alcalde Dau se encargó en traer de diversas regiones del país y los malos y malandrines en que metió a todos los cartageneros.
Nunca hubo una conciliación real entre Alcalde y Concejo, nunca hubo una reunión con la bancada de congresistas; Representantes a la Cámara y Senadores, nunca se ha convocado a los cartageneros para que sean escuchados sobre tema de ciudad. Siempre ha tenido a los cartageneros con la marquilla de corruptos y malandrines.
Siempre, en los tres años y cuatro meses de la administración Dau ha existido un divorcio con la prensa local, que ha sido víctima de su lengua y odio, y la inversión en materia publicitaria ha sido para los medios nacionales, cadenas radiales, periódico local e incluso en esta administración se ha dado el desplazamiento de los Comunicadores Sociales locales y se han traído comunicadores de otras regiones y ciudades.
En el discurso de la derrota de un gobierno fallido, donde se observa un alto nivel de pesimismo. El 79% de habitantes de la ciudad afirmó que las cosas iban por mal camino, donde el sentido de pertenencia del cartagenero ha caído. El 36% de nuestros habitantes se muestra poco orgulloso de su ciudad y por ende de su alcalde, donde la mayoría de las mujeres tienen una percepción más crítica frente a las realidades que les supone la ciudad. El alcalde Dau una vez más arremetió contra los medios de comunicación, pues siempre ha querido maquillar la realidad y esta última encuesta, donde se evaluó la gestión de su gobierno, lo aterrizó y la excusa ya no es el aprendizaje; sino la transición.