Heroicos 1811 de Cartagena son un grupo de empresarios, comerciantes, catedráticos universitarios, profesionales de las diversas áreas del saber; Todo amante de las motocicletas, Harley Davidson, que no es una moto común y corriente, con más de 100 años de historia y que se ha convirtió en el vehículo de turismo más vendido y codiciado por los motociclistas. Ellos no quieren una Harley Davidson estacionada en el garaje de su casa.
Cartagena-Colombia-Noticias625.co 04-09-2020. “Somos un grupo de más 30 Harlistas que pagamos los impuestos de rodamiento, SOAT más altos del país, lo mismo la Tecnomecánica en modelos nuevos y con mantenimiento permanente, es injusto el Decreto. Barranquilla no tiene esas medidas. Para nosotros es arbitraria. No somos mototaxistas y salimos con nuestra familia, novias o hijas, deberíamos tener un trato distinto, ser Harlista, es una cultura y una pasión. Salimos a disfrutar del campo y las carreteras, no excedemos los 90 kilometres de velocidad”, son las primeras reacciones de un grupo de amantes de las motocicletas, quienes asegura que Cartagena siendo una ciudad turística, les niega el derecho a disfrutar de sus costosas motocicletas y les toca irse para otros lugares por la múltiples restricciones.
Nos referimos a los Heroicos 1811 Cartagena, amantes de las motocicletas Harley Davidson, que no es una moto común y corriente y que tiene una historia de más de 113 años, un poderoso motor que ruge en cada aceleración, sus rodajes son negados en Cartagena y les toca rodar a Barranquilla y allí, se integran con más de 150 moto Harlistas de la Arenosa, viajan a Mompox, Magangué, Santa Rosa, Arjona, Turbaco, Santa Marta, entre otros lugares de la región.
Ellos esperan que el alcalde reconsidere la determinación de pico y placa y la prohibición del uso de la moto todos los viernes y que estas motocicletas especiales puedan convertirse en otro atractivo de la Cartagena turística. “Una ciudad con la economía estancada y tenemos que ir a Barranquilla hacer el gasto dinero que hace falta aquí. No podemos ir a Hard Rock Café porque no permiten motos, ni pasear por sus plazas ni sitios de interés, ni llegar a un buen restaurante, nos toca salir, ni pueden venir motos Harlistas de otras ciudades porque la ciudad se niega a este tipo de turismo”, afirman los miembros del grupo Heroicos 1811 Cartagena. “Así no se hace turismo en una ciudad con vocación turística, solo ocurre aquí, esto no se ve en ninguna parte del mundo, solo aquí. En Barranquilla hacemos rodadas los jueves al malecón, cenamos en familia. Cómo se puede rodar entre semana con ese absurdo pico y placa para motos aquí”.
Aseguran que en Lomita de Arena ayudan a la economía de varias familias que los fines de semana los atienden y se ha formado como una hermandad muy especial con estás personas.
El grupo lo compones gente empresarial de distintas partes del país radicados en Cartagena: Héctor Anillo, cartagenero y dueño del restaurante La Casa de Socorro , Jonathan Uribe paisa y dueño de empresas, Rafael Díaz de Bogotá y empresas logístico, Ramsés Sánchez, dueño de varios hoteles en la ciudad, Robinsón Suárez, empresario y docente, Guido González Piloto Práctico, Joan Paolo Simonetti dueño de un Casino, su hermano Andrés Simonetti y su primo Estaban Simonetti, Álvaro Navia piloto comercial retirado con más de treinta mil horas de vuelo y empresario del turismo entre muchas otras personalidades, que encuentran en este tipo de motocicletas su recreación, integración y hermandad.
Se conoció que próximamente al alcalde de Cartagena, William Dau Chamatt, le llega su moto Harley Davidson en este mes de los Estados Unidos y ahora que le toque salir en moto ojala y no viole sus mismos decretos.
“Vivir para rodar, rodar para vivir” es la consigna de la histórica marca de motocicletas Harley-Davidson que más que un medio de transporte, quienes poseen una de estas máquinas, señalan que es un hobby y hasta un estilo de vida. Este grupo de motociclistas comparte el gusto por la velocidad, la aventura y la libertad que este vehículo proporciona. Salir a andar por las calles o las carreteras y sentir el viento en el rostro es la mejor terapia antiestres a la que la llaman ‘vientoterapia’