30 mil pruebas de Covid19 retrasadas. Contraloría General de la República intensifica controles para optimizar la toma y entrega de las pruebas.
agosto 7, 2020
$12 mil millones en capital semilla para emprendedores
agosto 7, 2020

Un adiós a la constructora de Paz Ángela Salazar

Mujer que busco con su liderazgo poner su voz fuerte por el sentir de su pueblo y que hoy parte al seno de la madre tierra dejando su legado imborrable.

Cartagena-Colombia-Noticias625.co 07-08-2020. María Ángela Salazar Murillo, es oriunda de  Tadó, Chocó, Colombia; y se destacó por ser una activista colombiana afrodescendiente, lideresa en equidad y comisionada de la Comisión de la Verdad​​​.

La comisionada Salazar, de 66 años, falleció víctima del Coronavirus. Ella se había contagiado y, aunque según fuentes estuvo hospitalizada desde el lunes, pero estable, la enfermedad terminó causando su muerte, confirmó su familia a la Comisión de la verdad.

 “Ángela Salazar, fiel acompañante de miles de víctimas, defensora permanente de la igualdad y trabajadora incansable de la búsqueda de la verdad, deja un enorme vacío no solo a la Comisión sino al país por el que trabajó desde su juventud para verlo en paz“

Salazar era reconocida por ser conciliadora en equidad y defensora de los derechos de las mujeres. Oriunda de Tadó (Chocó) y radicada en Apartadó, donde desarrolló su liderazgo comunitario. Allí impulsó las causas de los trabajadores bananeros y las empleadas domésticas. Integrante de la Alianza Iniciativa de Mujeres Colombianas por la Paz – IMP- y de la Mesa Departamental de Víctimas de Apartadó.

Hoy la Dirección de Pueblos Étnicos rinde un homenaje a la vida de la Comisionada Ángela Salazar. “En estos momentos sentimos tristeza e impotencia y nos preguntamos si energética y espiritualmente pudimos como pueblos hacer algo para protegerla, por ella, una mujer que siendo ella misma, busco con su liderazgo poner su voz fuerte por el sentir de su pueblo y que hoy parte al seno de la madre tierra dejando su legado imborrable en la construcción de paz”.

 Ángela nos insistió en que la verdad debía contarse de una forma sencilla, recogiendo el sentir de las comunidades y llegar al corazón para transformar, quería que la gente contara sus propias historias, y que el país y el mundo conociera el pueblo negro, que la voz de las mujeres fuera alzada y que no se acallara nunca la voz de los pueblos étnicos.

Nos puso de presente la fuerza de su sonrisa, la importancia de entender la relación entre economía y conflicto armado, la configuración de corredores estratégicos y entender de manera compleja las violencias hacia las mujeres rurales. También fue abanderada de la idea de entender el conflicto desde una visión territorial. Sus apuestas y aprendizajes continuarán en el trabajo del equipo de la Dirección de Pueblos Étnicos.

Hoy agradecemos a la vida porque nos permitió conocer a Ángela, sabemos que nos sigue acompañando. La recordaremos en todo lo que hacemos, vivimos, sentimos y amamos. Ángela siempre estaba pendiente de nosotros, de lo humano más allá del trabajo. Nos daba consejos sobre vivir la vida, sobre el amor, el disfrute, también sobre la escucha a las víctimas.

En la Dirección de Pueblos Étnicos continuaremos su legado, con el entusiasmo que ella nos dejó, con sus llamados de atención y el agradecimiento profundo por sus palabras de aliento cuando veíamos que las cosas eran difíciles. Nos acompañará su insistencia en permanecer humanos, en dejarnos tocar por los dolores del conflicto, en vivir la vida. Su palabra nos hará falta, pero sus semillas quedarán entre nosotros, en la Dirección de Pueblos Étnicos, en la Comisión y en la lucha por la verdad desde los Pueblos afrocolombianos, negros, raizales y Palenqueros.